- La mejora de la calidad de la Cooperación en todos los ámbitos y niveles, articulando iniciativas en este sentido ante los responsables políticos, las Administraciones y la opinión pública, que se sustenten tanto en análisis propios como en las orientaciones en esta materia de los Organismos internacionales u otros agentes sociales.
- El fomento de la profesionalización creciente de la gestión y administración de la cooperación para el desarrollo española, la promoción de la transparencia y el rigor en sus actuaciones y el impulso a la formación especializada.
- La adecuación del marco legal e institucional de la Cooperación a las necesidades de una cooperación racional y eficaz y la vigilancia para el cumplimiento de la legalidad y el respeto de principios deontológicos en este ámbito.
- La promoción de estudios y debates sobre la situación real y perspectivas de la Cooperación, en sus diversos aspectos, tanto en España como en el extranjero y el impulso de la investigación básica y aplicada.
- La creación de espacios de expresión para quienes se dedican a la cooperación en España y en el extranjero, que faciliten el intercambio de ideas, la promoción u organización de proyectos conjuntos y el desarrollo de las relaciones con asociaciones y organismos nacionales e internacionales que persigan fines semejantes.
Lo que perseguimos:
Los principios acuñados internacionalmente sobre la política de Cooperación para el Desarrollo; siendo la lucha contra la pobreza, la promoción del desarrollo humano y la ayuda humanitaria en situaciones de emergencia las referencias básicas de toda actividad de cooperación, con primacía sobre los legítimos intereses de la política exterior.
Una orientación correcta y rigurosa del uso de los recursos adaptada a las necesidades de los países en desarrollo.
Unas instituciones para la planificación, organización, gestión y evaluación de la cooperación acordes con las exigencias de esta compleja tarea, evitando los problemas de descoordinación y de introducción de intereses corporativos o partidistas.
Unos instrumentos y prácticas adecuadas a la finalidad principal, incluyendo un enfoque participativo en el que los beneficiarios de los proyectos sean actores protagonistas de los mismos.
El uso adecuado de las distintas modalidades de cooperación financiera, que incluyan en su planteamiento el estudio del impacto sobre el desarrollo de los países receptores.
Una planificación y gestión altamente profesionalizada que garantice la eficacia y eficiencia deseada en la administración de los programas y proyectos de cooperación.
Una mayor vinculación con la sociedad civil, a través de una política de transparencia informativa y de rendición de cuentas a la sociedad, lo que contribuirá a la creciente sensibilización ciudadana sobre un tema del que quieren y deben sentirse actores.